No existe la falta de tiempo, existe la falta de interés
No existe la falta de tiempo, existe la falta de interés

«No tengo tiempo», «estoy muy ocupada/o» suelen decir las personas para evitar quedar mal ante alguien que solicita un poco de su tiempo. Pero realmente es falta de tiempo o es falta de interés, porque cuando la gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día, un día de semana se vuelve sábado y cualquier momento del día se vuelve oportunidad.
Si una persona vive esperando, termina decepcionada y sufre. Y es que la falta de interés duele, y mucho. E incluso es mucho más dolorosa que la decepción.
«En el momento en el que nos hieren, no podemos hacer nada para aliviar ese dolor, pues mantener nuestra cordura ante el abandono y la humillación ya supone suficiente esfuerzo».
Este tipo de daño con el tiempo nos cambian haciéndonos sentir cierto miedo a las expectativas y evita entregar todo de nosotros. No obstante, esto no justifica la falta de sinceridad ni de correspondencia con los demás.

Acepta la falsedad del tiempo vivido

La falsedad y la hipocresía solemos encontrarlas en el rincón que menos esperábamos en el momento menos esperado. Solemos estar tranquilos creándonos expectativas de alguien que creemos conocer cuando en realidad deberíamos mantenernos alertas.
Es ahí cuando vienen los problemas, pues la verdad es que abunda la gente interesada y a nosotros nos cuesta abrir los ojos. Esto sucede porque no queremos creer que alguien a quien consideramos importante en nuestra vida no sea sincero.
Normalmente, las personas falsas o interesadas son aquellas que ni comen ni dejan comer y que cuando les pides explicaciones se enervan intentando evadir la confrontación que les hemos planteado.
«Es probable que nos devoren con palabras envenenadas, de manera que nosotros, sedientos de encajar, alimentemos la esperanza de quien tiene una de cal y otra de arena.»

Regala tu ausencia a quien no valora tu presencia 

Para que dar tu tiempo a quien no tiene interés por ti. Solemos caer en el error de buscar sin permitir que nos encuentren, lo que al final daña tu dignidad.
Cuando nos percatamos de esta situación llegamos a la conclusión de que no podemos esperar a quien no quiere ser esperado. Entonces hay algo que se rompe dentro de nosotros y nos invade una ola de decepción, miedo y tristeza. Es cuando empieza todo un duro proceso de protección que requiere que recubramos nuestra vida de comprensión y que prohibamos la entrada a todas aquellas personas que nos dañaron y se comportaron de manera interesada.

Rodéate de las personas que te hagan feliz 

Comprométete con aquellos valores que te resultan fundamentales, disfruta de la sensibilidad, de la bondad, del respeto, de la humildad, de la confianza y la fe, de la gratitud, de la sabiduría, de la sinceridad, del amor, de la amistad, del cariño y de la incondicionalidad.
Deshecha lo cruel, evita a las personas tóxicas, rechaza en tu vida a todos aquellos que te hacen sentir menospreciado y que no te dedican ni un momento sin que tengas que rogarlo. Siente las bocanadas de aire psicológico y saluda a tus emociones.
Rodéate de personas que te hagan sentir que el mundo es un lugar que merece la pena vivir.
«Libérate de todo lo que te aprisiona y permite que la vida te sorprenda sin necesidad de dañarte. No esperes nada de nadie, espera todo de ti. El resto llegará cuando menos de lo esperes».

 

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Fuente: http://www.12up.com/es/posts/4391273-no-existe-la-falta-de-tiempo-existe-la-falta-de-interes?a_aid=41513